El cine –como reconoce la Iglesia en sus documentos–, por derecho propio, está enraizado en la vida de las personas y tiene gran influencia en su educación, vida afectiva, descanso y conocimiento de la realidad. El espectáculo del cine expresa en sus variados lenguajes artísticos la realidad en la que vivimos y la que vemos, pero también apunta a una realidad que no vemos, explica uno de los ponentes de nuestro programa.
Desde sus inicios, el cine ha tratado de representar el diálogo entre Dios y las personas. La figura de Jesucristo ha tenido una significativa relevancia en la historia de la humanidad y, también, en la historia del cine. Más allá de la adaptación al cine de su personalidad histórica, nos encontramos con que Jesucristo es un referente de sentido religioso, pero también se le presenta como figura de sentido para otras historias y para la vida real.
Al plantear este curso sobre la figura de Jesucristo en el cine somos conscientes de que la gran pantalla tiene el enorme potencial de presentarlo a todos los ciudadanos, a su razón y a su sensibilidad, a su conocimiento y a su afectividad, a su formación y su dimensión ética. Por supuesto, también ese potencial puede llegar a los alumnos y alumnas de nuestras clases de Religión.
Nuestra pretensión con este nuevo curso sobre el cine es fortalecer su utilización como recurso didáctico en las clases de Religión, para ello propondremos una síntesis teológica de los contenidos cristológicos del currículo de Religión así como los recursos didácticos necesarios para aplicarlos en el aula.
El objetivo es, en definitiva, estimular en el profesorado de Religión el conocimiento y las posibilidades didácticas de la figura de Jesucristo en el cine. Y con ello, abrir nuevos espacios de encuentro entre la clase de Religión Católica y el lenguaje cultural y artístico del cine en el que la experiencia cristiana se expresa creativamente y dialoga con otras culturas.
Carlos Esteban Garcés
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